Paulo López |
Paulo
López, quien ejerciera el trabajo de periodista redactor de la sección
internacionales del diario Abc Color hasta el lunes pasado, fue
despedido “sin causa justificada”.
López,
quien trabajó durante cinco años en ABC, narra en las líneas que siguen
que el texto original de una información proporcionada por una agencia
de noticias internacional que él editó, nada tenía que ver con el título
y el texto de tapa que apareció en el diario impreso el lunes pasado,
cuyo título fue “Castro reconoce vicios y defectos del comunismo”.
La denuncia de López pone en el tapete los casos de censura
que ocurren al interior de las redacciones de los medios de
comunicación en Paraguay, e invita al debate sobre la libertad de
expresión y el derecho a la objeción de conciencia de los periodistas,
establecidos en la Constitución Nacional, y los excesos de los
empresarios de la comunicación.
–Contanos lo que pasó la noche del pasado domingo hasta la llamada que recibiste para volver al diario…
–Desde
la Secretaría de Redacción se me informó sobre una llamada del director
Aldo Zuccolillo, quien pedía que se dé destaque y se lleve a título
principal de tapa unas supuestas declaraciones de Raúl Castro en que
admitía el fracaso del sistema cubano. Busqué la información, pero no
había grabación ni transcripción alguna que indicara que Castro haya
afirmado tal cosa.
Es
cierto que el discurso tenía un contenido de autocrítica en el que se
hablaba de algunas indisciplinas que frenaban los cambios e incluso se
reproducían entrecomilladas unas declaraciones sobre robos al Estado.
Como sé de la obsesión de Zuccolillo con estos temas y la habitual
práctica del diario de tergiversar de acuerdo a su visión de extrema
derecha, busqué vídeos y grabaciones para hacer una nota eminentemente
informativa sin hacer juicios de valor, pues así como en el diario no me
permiten publicar mis opiniones de ningún modo iba a prestarme a ser
instrumentalizado por las fobias ideológicas del director de ABC.
Consideré también necesarias conseguir las grabaciones, ya que las
agencias de prensa saben muy bien quiénes son sus clientes y qué desean.
Por
eso, por ejemplo, las agencias informaron muy tímidamente sobre un
audio en que la diputada opositora venezolana Corina Machado reconocía
que Guillermo Aveledo, secretario general de la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD), fue a reunirse con el Departamento de Estado
norteamericano a plantear que la única manera de librarse de Nicolás
Maduro era con un golpe de Estado, un autogolpe o el boicoteo constante.
¡La oposición venezolana compareciendo ante EE.UU. pidiendo auspicio
para un golpe de Estado! Eso daba al menos para cinco tapas, pero nada.
Yo asumí el riesgo y puse la noticia, aunque quedó reducida a un espacio
marginal en medio del maremágnum.
–¿Qué decía la noticia de las agencias sobre Castro y Cuba originalmente?
–Como
te decía –y eso no es novedad, ya que Raúl Castro ha hecho autocrítica
de manera muy frecuente– el presidente cubano hacía referencia a
prácticas de la burocracia que frenaban los cambios. Castro siempre fue
firme en ese sentido al punto de haber hecho observaciones tajantes
hacia la prensa cubana diciendo que su triunfalismo y falta de crítica
impiden corregir los errores. De eso también hablaban los despachos de
las agencias, pero nada respecto al supuesto reconocimiento del fracaso
del sistema. Al contrario, Castro hablaba de los avances a partir de los
cambios en las formas de gestión de la propiedad, pero nada que
indicara lo que intentaron forzarme a hacer. Decía sí que algunas de las
reformas avanzaban lentamente.
El
texto finalmente publicado fue menos informativo y más valorativo, pero
tampoco reproducía en ninguna parte las declaraciones que indicaran el
reconocimiento de un fracaso. Y esto por la simple razón de que tales
declaraciones jamás existieron. De hecho, uno se da cuenta que lo que se
anuncia en la tapa tiene un tono diferente a lo que se desarrolla en el
texto. No es la primera vez que ocurre.
El
jefe de redacción Armando Rivarola muchas veces hace retornar al diario
a los periodistas para que acomoden el texto a lo que él quiere poner
en la tapa. O directamente en la tapa se dice una cosa que no se
encuentra en el cuerpo de la noticia.
Total en los noticieros televisivos y radiales solo se leen las
portadas. Y así esas ideas distorsionadas se fijan y se multiplican
construyendo el imperio de la desinformación que rige en este país, en
que los medios empresariales son prácticamente los actores solitarios.
Por eso la ley mordaza contra las radios comunitarias y el odio hacia la
TV Pública en la época del gobierno de Fernando Lugo. Por algo también
el golpismo, en su afán de congraciarse con sus benefactores, redujo
prácticamente a la irrelevancia el que fue en su momento el mejor canal
del país.
–Reiterame la razones formales que te dieron los responsables del diario ABC para tu despido…
–Por
la vía administrativa me dijeron que se ponía fin al contrato
unilateralmente. Me dijeron que leyeron mi descargo pero era una
decisión tomada por la redacción. Aquí me habían dicho que nosotros
debíamos comparecer cuando ellos lo deseaban y que si el dueño del
diario había llamado a pedir una cosa debíamos cumplir. Claro, será el
dueño del diario, pero no de nuestras vidas, al menos no de la mía.
–Decime la razón por la que vos crees que te despidieron…
–Creo
que este último episodio solo fue una trampa para formalizar lo que ya
estaba decidido de antemano, pues no es la primera vez que me niego a
que me direccionen los textos que elaboro. Incluso pretendieron dictarme
artículos firmados y en el caso de una entrevista dijeron que yo debía
enviar las preguntas para que sean reelaboradas y aprobadas por la jefatura de redacción y la dirección. El colmo del ridículo.
Escuché
unas declaraciones radiales de Zuccolillo en que decía que los
titulares de la libertad de expresión no son los periodistas ni la
prensa, sino el público. Por lo que veo al menos leyó la entrevista que
le envié antes de que lo rechacen. (La entrevista a la que se refiere
fue publicada por E’a y está disponible en el siguiente enlace:
http://bit.ly/156hmfB).
En
ABC Color se vive un clima de censura y persecución. No se admite el
disenso. Podrán desmentirme los periodistas que piensan igual que
Zuccolillo, pero me estoy refiriendo a los que discrepamos con la línea
del diario en cuestiones de fondo. Para justificar el veto decretado en
mi contra, el jefe de redacción Armando Rivarola pretendió degradarme
diciéndome que yo era un “buche” y que solo escribo tonterías. La
descalificación fácil es el único recurso que posee este señor frente a
los que se atreven a no comulgar con sus ideas. No me toca a mí
confirmar o desmentir eso, pero queda a consideración del público
comparar el nivel de mis textos con lo que ABC Color publica a diario.
No sé si es necesario que diga más.
Por Aristides Ortiz ⋅ Periodico E'A
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