jueves, 25 de abril de 2013

TRIUNFO DE CARTES POR SUMISION POPULAR

A la luz de los resultados obtenidos por el partido colorado en las elecciones del del 21 de abril se demostró que mucha gente bajó los brazos, teniendo en cuenta que el pueblo paraguayo siempre voto con criterio muy sabio apuntando a la gobernabilidad que históricamente no fue una de las características de la política paraguaya durante el siglo pasado y que significó atraso y muerte.


Se hizo costumbre la opción de subestimar al pueblo, diciendo que no sabe elegir a sus autoridades y que esta pervertida la ciudadanía, con tal de no asumir los errores que se cometen "del otro lado", del lado de los puros y consientes.

La izquierda militante fue obligada a callarse los errores del lugismo que tienen consecuencias hasta hoy día y que influyeron en el electorado que no supo convencer con su discurso vacío y sin propuestas claras, con un marketing político, muy parecido al de la derecha que se basó en la figura de Lugo o Mario Ferreiro y con el argumento de que somos diferentes porque no somos golpistas.

Pero de que diferencia hablamos cuando, no somos capaces de juntarnos en la desgracia al ser víctimas de una confabulación internacional de alto calibre que tumbó al gobierno de la Alianza?. De nada sirvió como argumento la sangre derramada, ni la persecución política, ni las huelgas de los compañeros y compañeras víctimas del terrorismo de estado, ni la injerencia de la Monsanto y Rio Tinto Alcan o las amenazas de muerte y asesinatos que sufrieron compañeros.

Como podemos garantizar la gobernabilidad basados en la imagen de un "líder" como Fernando Lugo que desde el gobierno nunca dió la cara ni asumió un compromiso real con la clase popular, que desde un principio fue ambiguo y no supo llevar adelante un gobierno austero y con visos de honestidad.

Una agrupación como el Frente Guazú integrada por partidos de izquierda muy meritorios y con una trayectoria rica de lucha, éstos no puede relegarse ante la figura coyuntural de un aparecido o mejor un outsider. Para eso debe existir  una estructura orgánica que incluya espacios para las bases en la toma de decisiones, para que no estén sujetas al capricho de nadie, sea quien sea.

Un Avanza País manejado por una figura de la televisión que lo único que tiene para ofrecer son buenas intenciones y un partido de izquierda autoritario como el P-MAS acostumbrado a dividir procesos de unidad. que a todas luces demostraron ser oportunistas y utilizaron la figura de Ferreiro el candidato máas "vendible" que tuvo la izquierda.
 
El ciudadano común cuando ve este tipo de relaciones idénticas a la de los partidos tradicionales siempre va a optar por un mal conocido antes que uno por conocer y mas aún cuando ese mal esta promocionado como tal con todo el aparato mediático en su contra. La gente está cansada de los arreglos de cúpulas, los partidos tradicionales, con sus convenciones y espacios de elección interna siguen siendo mas democráticos que el Frente Guazu. 

A nadie se le escapó que el problema de la división de la izquierda fue por cargos (por zoquetes) y que a los partidos solo les interesaba asegurarse una banca en el senado. No existieron diferencias ideológicas ni programáticas y la gente en la calle se dio cuenta y aún sigue cuestionando ese parecido con los partidos tradicionales.

La izquierda fue soberbia y creyó que con el presupuesto para las elecciones alcanzaba, pero no, la derecha tiene mas mucho más y ya no importa como lo consiguieron. No se puede ganarles con la misma estratégia, mal copiando cuando en el discurso decimos otra cosa.

En esto el movimiento Kuña Pyrenda estuvo demostró mayor coherencia con lo que espera la ciudadanía de una organización de izquierda, si bien tuvo muchas falencias se notó mayor carisma, mayor coherencia con el discurso, mucho mayor calidad de los y las candidatas que presentaron y buenas políticas sociales en su propuesta. Eso les ayudó a conseguir la simpatía inclusive del electorado de derecha.

También fueron parte, tal vez sin quererlo o sin saberlo, de la maniobra para dividir la izquierda que comenzó desde que asumió Lugo en el 2008 y que fue tomando cuerpo a medida que avanzaba el tiempo. Esta estrategia fue articulada desde adentro del gobierno y fue ejecutada por los divisores de siempre a los que muchos ya los tenemos identificados.

Es fácil que esto suceda cuando las cúpulas de los partidos se alejan de las bases, porque cuestiones tan importantes terminan siendo banalizadas por diferencias inclusive personales por sobre los intereses del país.

Porque  tendría que votar por la Alianza Alegre?, si estos nos colocaron en una situación que perjudicó al país y se pusieron a robar escandalosamente. Además a los traidores nadie los quiere, solo les salvó la creencia del mito del voto útil contra el coloradismo.

Una izquierda dividida, autoritaria y poco conciliadora, no es garantía para nadie, si ahora no escuchan al pueblo menos lo harían en el gobierno. Con liderazgos unipersonal caprichoso y ambiguo. Y una presentación que parecía que se jugaba a perder, a pesar que Carillo era el mejor candidato de todos los que se presentaron.

Al no existir opciones que brinden seguridad, la mayoría que vota, que es colorada, optó por su conveniencia individual, desde aceptar vender su voto, hasta la esperanza de un cargo público, que le garantice vivir aunque sea un poquito mejor unos días. 

Mientras la otra mayoría que no vota, no se sintió atraída por ninguna propuesta, al punto que inclusive entre los que votaron existió, contando  nulos y blancos, la cantidad de votos suficientes para tres bancas en el senado.

Para las izquierdas electoralistas fue un avance, porque los resultados les da una oxigenación económica y un crecimiento inédito en al historia política del país al constituirse como tercera fuerza. 

Para las izquierdas de los movimientos sociales en lucha, es un fracaso porque en la calle, frente el garrote, la persecución, la muerte que se viene con el terrorismo de estado, el resultado electoral es exiguo y no garantiza nada por los referentes que asumen en nombre de los que no tenemos fueros ni privilegios, ni cupos, ni altos salarios.

En la calle es la vida real la que duele y no alcanzan las buenas intenciones ni los discursos encendidos de los que dicen ponerse en el lugar de los pobres. Cartes es el peor de los candidatos que podríamos haber elegido y se vienen días muy duros para el pueblo.

Habló el pueblo, no fue la mejor opción, pero el pueblo sabe que se aclaró mejor el panorama que ensuciaron los ambiguos, cómplices de esta desgracia y aquel que quiera oír que oiga.











No hay comentarios:

Publicar un comentario