jueves, 1 de mayo de 2014

A FESTEJAR, PERO ORGANIZADOS

En Paraguay estamos acostumbrados a festejar el día del Trabajador, algunas empresas e instituciones públicas realizan asados, en algunos casos con mucho alcohol, premios y hasta discursos del Patrón, que se gasta y desgasta para endulsarnos la boca y no nos demos cuenta o nos olvidemos como nos explota.


Algunas asociaciones de empleados corren con esos gastos pagados por el socio y sumada una migaja que tira el patrón. Que cree que sus empleados tienen suerte de tener un patrón que le deja organizarse en asociación, pero guai! si se les ocurre hacer un Sindicato, porque o si no a la calle.

En esos casos, muchos creen, es innecesario organizar un sindicato, porque no conocen sus derechos, tienen miedo de perder el trabajo, no se sienten respaldados por la Ley ni las instituciones y lo que es peor por los compañeros y compañeras de trabajo.

A Esa situación de indefensión también se suman los contratos basura a los que se tienen que someter los empleados por las grandes empresas nacionales y multinacionales, en complicidad con los mismos organismos de los gobiernos de derecha que hacen la vista gorda a los abusos de esas empresas, basta conocer lo que sufren los empleados del grupo Vierci (especialmente los de STOCK), los del grupo Cartes, Zucolillo, Riquelme y las multinacionales como, Mc Donalds, Pizza Hut y otros con un regimen donde no asumen un compromiso real con el empleado tal como marca la Ley.

Cualquiera que lea esto, estaría pensando: hay que estar en la piel del que necesita trabajar, tiene que callarse y aguantar la miseria de condiciones laborales, para comer todos los días aunque sea. Contra esto hay que saber que todas las conquistas del Trabajador fueron a través de la organización y presión sindical, no existe ninguna conquista en nuestro país que haya surgido de iniciativa estatal o menos aún del sector empresarial. La organización no debe ser la última opción.

Por eso cuando se habla de gobiernos conservadores (especialmente los de derecha) hablamos de gobiernos o sectores que quieren mantener esta misma situación evitando cualquier intento de organización de los trabajadores, así de esa manera "conservan" las mismas condiciones injustas de trabajo, defienden las grandes ganancias que obtienen los empresarios haciendo la vista gorda a los incumplimientos de las leyes laborales. Obvio sus campañas están financiadas por empresarios.

A este mal gobierno actual que ya lo conocemos, si ni siquiera quiere cobrarle impuestos a los sojeros que no pagan nada, a los ganaderos les permiten fundir el medio ambiente, vende la patria y sus recursos, no le podemos pedir que nos defienda. Únicamente entre nosotros tenemos que juntarnos y en eso tienen mucha responsabilidad las Centrales Sindicales que, tienen que negociar con el estado, si, pero también tienen la obligación moral y estratégica de aumentar el numero de sindicatos y organizarlos.

Uno habla de sindicatos y la primera palabra que se le ocurre a la mayoría es "vendido", los que tranzan con el poder. Esa es una realidad que también se debe asumir y se tiene que limpiar la cara, este es un sector que navega contracorriente ya que cuentan con los medios de comunicación  empresariales en su contra y listos para desacreditarles. 

Aún así el Sindicato es una organización necesaria para la democracia, para la defensa de los trabajadores, para que exista justicia social en un sistema donde el principal problema no es la extrema pobreza sino la extrema riqueza de seres humanos egoístas, que explotan a otros de forma inhumana.

En este 1° de mayo es bueno reflexionar, aunque sea después de que termino el asado y la cerveza nos de tiempo de pensar un poco. Mucha gente murió por esos derechos conquistados, las 8 horas, seguro social, jubilación, derecho a organizarse, etc. Es nuestra obligación defenderlos y no retroceder. El mundo funciona porque un trabajador o una trabajadora mueven la herramienta todos los días.

Que todos los días celebremos el día del Trabajador, organizados. Es mas digno juntos y organizados que solos, pagándonos el alcohol para olvidar la miseria de la explotación cotidiana.

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